SUICIDIOS: LA CARA INVISIBLE DE LA MUERTE EN EL SALVADOR
Por Milena Arce
Según la Organización Mundial de la Salud a nivel mundial, los suicidios representan un 50% de todas las muertes violentas registradas entre hombres y un 71% entre mujeres.
El primer caso del año 2020 se registró el 2 de febrero, en una vivienda ubicada en la colonia 19 de septiembre del cantón Cara Sucia, municipio de San Francisco Menéndez, Ahuachapán. Melisa Rivera Orellana, de 21 años de edad, optó por quitarse la vida colgándose de un cable en el cuello. Las autoridades no determinaron si se trató de un homicidio o suicidio.
Otro hecho ocurrió el 2 de junio del 2020. Sonia Alfaro de Rivera de 43 años, decidió quitarse la vida en su habitación, en la colonia Santa Elena, San Vicente, El Salvador. Sus familiares pensaron que se había dormido, pero al día siguiente descubrieron que estaba muerta, al buscarla en el interior de su hogar. La causa de su muerte fue por envenenamiento.
Siete días después de ese hecho, doña Mary como la identificaron sus vecinos entre 40 a 45 años de edad, se suicidó al interior de su vivienda en Armenia, Sonsonate.
El Salvador posee la posición número 36 de 183 países en el índice de suicidios a nivel mundial. Además, ocupa la tercera posición a nivel latinoamericano esto según datos de la Organización Mundial para la Salud (OMS).
Según estadísticas del Ministerio de Salud (MINSAL) de enero a octubre del 2019 se reportan 590 intentos de suicidio y 121 suicidios a nivel nacional, es decir que representa un poco más del tercio de la cantidad de homicidios y feminicidios registrados ese año hasta el mes de octubre según la Policía Nacional Civil. Además, los datos arrojan que más del 75% son de intentos de suicidio.
En muchas ocasiones no se asegura cuales son las causas que llevaron a las personas a quitarse la vida. Muchos profesionales en el tema abordan el suicidio desde las siguientes perspectivas: enfermedades mentales que según la Organización Mundial de Salud (OMS) se relacionan con la depresión, diagnóstico de esquizofrenia, trastornos de personalidad, trastorno antisocial de la conducta o límite, que en su mayoría son los más habituales que se han encontrado con las personas que han cometido suicidio.
“A veces se cree que todas las personas que se suicidan es porque tenían depresión y eso es falso, es un mito, ya con varios cuadros clínicos, vemos que no solo es la depresión, pero también hay eventos estresantes que pueden llegar a la persona a tener ideaciones de suicidas”, comentó Carolyn Adire, Psicóloga de la Unidad de Atención a Víctimas del Centro Judicial de Ciudad Delgado.
Las ideaciones suicidas pueden ser multifactoriales, según Carolyn. En el caso de Katherine una joven de 22 años de edad que desde su infancia presentaba problemas de ansiedad, sumado a esto a sus 17 años se embarazó y tuvo que enfrentar sola la maternidad, dejar sus estudios, afrontar a sus padres y la parte económica, todos estos eventos estresantes desencadenaron pensamientos suicidas.
“una niña cuidando a otra niña, te aterra, mejor me muero”, dijo.
El año 2018 el MINSAL reportó 90 suicidios por parte de niñas embarazadas, en su mayoría relacionado a la violencia de género. Muchos de los embarazos en niñas y adolescentes tienen relación con algún tipo de violencia, como la violación agravada en la mayoría de casos.
“De los casos por violación sexual que he tenido, todos han tenido ideas suicidas, chicas y chicos. Pero, no todas han intentado suicidarse porque se previene”, comentó, Carolyn.
Aparte de esto, Katherine a sus 19 años, comenzó a presentar síntomas más fuertes de trastorno de ansiedad y de personalidad. Todo le daba miedo, no convivía, no comía y la única salida que encontraba era quitarse la vida para poder sentir paz.
“Te ves al espejo y no te conoces, caminas dos cuadras y tenés ataques de pánico y sentís que te van a matar o te vas a morir, ves en la televisión sangre y sentís que ya te vas a sangrar, pude decir que lo más cercano a la paz era la muerte porque yo ya no tenía vida, ya no tenía paz, las medicinas no me hacían nada, ya no había algo que me controlara, no había nada en las noches escuchaba las voces de todo el día en la noche ya no tenía descanso”, expresó con los ojos llorosos.
El MINSAL ha brindado atención a más de 4,000 niños y adultos con conductas suicidas, durante el periodo del 2015 al 2018. No se le debe restar importancia a un tema como el suicidio, de los diferentes mitos que lo rodean como: hablar del suicidio puede incentivar que una persona lo efectué, cuando una víctima exprese ideas sobre querer quitarse la vida y que no se le tome importancia por parte de amigos, familiares e incluso profesionales, por el simple hecho de pensar que esa persona quiere llamar la atención. Según estudios de la Unidad de Atención a Víctimas que atiende la psicóloga Adire, han comprobado que 9 de cada 10 personas que se han suicidado, han expresado con anterioridad que se van a suicidar.
Otra circunstancia no muy conocida en nuestro país por la cual una mujer puede llegar a suicidarse, tiene que ver con un ciclo de violencia que pueda estar viviendo. Este factor se tipifica en el Código penal y en la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujer (LEIV).
Suicidio Feminicida por Inducción o ayuda
La inducción o ayuda al suicidio está establecido en el Código Penal en su Art. 131. Dentro de la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujer (LEIV): en su Art. 48 se establece la tipificación del Suicidio Feminicida por Inducción o Ayuda.
El Salvador es el único país en Latinoamérica que tipifica el suicidio feminicida como un delito, con cinco a siete años de prisión. Según datos de la Fiscalía General de la República de El Salvador se contabilizan 17 mujeres y 9 hombres víctimas por los delitos de inducción o ayuda al suicidio (131 cp.), en el caso del suicidio feminicida por inducción o ayuda (48 LEIV) son 17 los registrados y 1 suicidio feminicida por inducción o ayuda en grado de tentativa (48 LEIV-24 cp) desde el periodo de enero 2018 hasta junio del 2019.
Despues de ocho años de la entrada en vigencia de la LEIV, en el 2019 se logra la primera condena por el delito suicidio feminicida en el país fue el caso de violación agravada de una niña de San Vicente, quien fue violada por su pareja muchos años mayor que ella, y que días posteriores a este evento, la niña decidió quitarse la vida el 11 de marzo del año 2012 producto de esa violación.
Este caso comienza por violación agravada, pero en el proceso de la investigación, la mamá de la víctima otorgó pruebas como el celular de la niña, así mismo recibe asistencia psicológica por la Unidad de Atención a Víctimas de la Fiscalía, se recopila más información, y una testigo, quien es prima de la niña cuenta lo que le decía y de las ideas que tenía de querer quitarse la vida. Además, Fiscalía encuentra un cuaderno como evidencia, donde la niña escribía todo lo que le sucedía, estas pruebas llevaron a establecer el delito por parte del señor Heriberto Carlos Hernández Flores, de 40 años, que era novio de la victima, recibió una condena de ocho años de cárcel por los delitos de violación y suicidio feminicida por inducción o ayuda.
Los efectos de un ciclo de violencia en una mujer
Dentro del artículo 48 de la LEIV, existen dos verbos rectores, inducción y ayuda. En el caso del verbo inducción se puede incluir la violencia intrafamiliar, donde se pueden desarrollar los 7 tipos de violencia, como por ejemplo la violencia sexual, patrimonial, simbólica, económica y psicológica, esto por parte del agresor a su víctima.
Cuando una mujer es violentada dentro de su círculo familiar, social o laboral, se pueden desarrollar efectos de ese ciclo de violencia que está viviendo, alguno de estos efectos como: autoestima totalmente devastada, desarrollan síndromes de dependencia emocional, síndrome de indefensión adquirida, síndrome de mujer maltratada, síndrome de estocolmo y síndrome de bonsai, estos 4 síndromes son característicos, si se hace uso de la violencia hacia una mujer.
En el caso del síndrome de bonsai, el agresor busca reducir las oportunidades de desarrollo de la víctima en áreas laborales, académicas o personales, a modo de reducir la personalidad de la víctima.
Así mismo teniendo un grado de similitud, los síndromes de indefensión adquirida y de mujer maltratada, que desarrolla un estado de aceptación y de justificación de la violencia recibida por parte de su agresor.
El otro verbo es “ayuda”, es que la persona le solicite ayuda para cometer o quitarse la vida.
La sociedad puede llegar a tener una gran influencia en este fenómeno del suicidio. Los estereotipos que se manejan en todos los niveles
La adolescencia y los jóvenes, en peligro
En el año 2019 la cantidad de adolescentes y jóvenes que se intentaron suicidar aumentó drásticamente. Al comparar el año 2018 la mayor cantidad de intentos se encontraba en los 21 años con 39 casos, sin embargo, en el año 2019 de enero a octubre se contabilizaron 36 intentos de suicidio en la edad de 16 años. En los datos se evidencia que la edad para intentar quitarse la vida ha disminuido, lo que está poniendo en riesgo a la niñez y adolescencia de nuestro país, por lo que es necesario acciones por parte de las instituciones para poder tratar el fenómeno.
Según cifras del MINSAL, entre enero a octubre del año 2019, Ahuachapán contabilizó 24 suicidios, seguido del departamento de Santa Ana con 17, y 16 en San Miguel. En estos casos la Procuradora Adjunta para la Niñez y Adolescencia Rosa Elena Ramos, comentó que la mayoría de suicidios de hombres suelen ser por ahorcamiento y las mujeres por ingesta de pastillas.
La procuraduría ante estos temas, trabaja con unidades juveniles para promover los derechos humanos, que están integrados en el organigrama de la institución, siendo jóvenes voluntarios quienes apoyan el trabajo de la promoción en diferentes temáticas y una de ellas es a través de ellos mismos, como entre pares, conocer aquellas situaciones, o problemas que les aquejan a la juventud, de su territorio.
Para la Procuradora aún se está en deuda con la niñez y adolescencia del país, debido a que en el presupuesto general de la República, no existe un presupuesto destinado a niñez y adolescencia. Pese a contar con instituciones como el Consejo Nacional de la Niñez y de la Adolescencia (CONNA) y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador, la mayor parte de los presupuestos asignados a estas instituciones son absorbidos por recursos humanos, y no se cuenta con muchos programas en beneficio de la niñez y adolescencia de este país.
“Conocemos como muchos niños son violentados, y es donde salen estos casos de intentos de suicidios, y es donde nos damos cuenta que el estado no está capacitado para atender de manera integral, donde puedan intervenir profesionales, para minimizar esos intentos o pensamientos suicidas y que lo puede tratar un psiquiatra”, comentó Rosa Elena Ramos, Procuradora Adjunta para la Niñez y Adolescencia.
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