SUICIDIO: LA CARA OCULTA DE MUERTES EN EL SALVADOR

POR: Milena Arce/César Hernández

Desde tempranas horas del día “Kobby” de 25 años y su esposa “Helen” de 23 nombres ficticios para proteger su identidad, iniciaban su jornada laboral, en un pequeño cafetín de una escuela pública en Armenia, Sonsonate. Esa mañana, todo transcurría con normalidad, Helen colocaba sus manos sobre la masa realizando movimientos circulares, todo listo para comenzar a atender a los niños que se acercaban en busca de algo que comer.

Entre Helen y Kobby había un pequeño conector donde habían colocado a cargar sus celulares, cuando todos los niños entraron a sus salones de clases, y el silencio invadió cada espacio del cafetín el sonido de un par de mensajes en el teléfono de Kobby despertó la curiosidad de Helen, tomó el celular lo vio detenidamente y la expresión de su rostro cambio, a lo largo del día ella permaneció más callada de lo habitual, Kobby sospechaba que algo había sucedido, al llegar a casa ella lo confronto. “Quiero hablar contigo, en que te he fallado yo para que te consigas a otra persona” le dijo ella, ya que en la mañana había leído los mensajes que tenía con otra persona, se pasaron parte de la noche discutiendo al punto que ella lo sacó de la casa, con todas sus pertenencias.

Esa misma noche él decidió irse a la casa de su madre que está a unas cuantas cuadras de donde vivía con su esposa e hijo. Durante los posteriores tres días Helen, le enviaba mensajes, notas de voz, le realizaba llamadas, donde le decía “sos una basura”, “cómo pudiste hacerme esto”, “te voy a quitar a tu hijo” “no deberías de vivir”. Entonces al tercer día de lo sucedido, por la tarde estando solo en casa Kobby entró en un estado de shock emocional, donde ya no razonaba, pensó que la mejor manera de hacer feliz a su esposa y terminar con ese sentimiento de culpabilidad era acabando con su vida. A unos cuantos metros de donde estaba, se encontraban las pastillas para la ansiedad de sus tíos, tomó todos los botes y los vacío en sus manos, con lágrimas en los ojos le escribió a Helen “ahora sí te voy a hacer feliz, me voy a matar”.

En El Salvador nadie habla del suicidio, y las altas tasas de jóvenes quitándose la vida es alarmante, como Kobby, la mayoría rondan entre 13 a 29 años. Según estadísticas del Ministerio de Salud (MINSAL) de enero a octubre del 2019 se reportan 590 intentos de suicidio y 121 suicidios a nivel nacional, es decir que representa un poco más del tercio de la cantidad de homicidios y feminicidios registrados este año hasta el mes de octubre según la Policía Nacional Civil. Además, más del 75% de intentos de suicidio y de suicidios, presentaron un diagnóstico por envenenamiento, principalmente por fármacos, herbicidas, fungicidas, insecticidas y otro tipo de sustancias tóxicas de uso industrial.

Muchos profesionales en el tema abordan el suicidio desde las siguientes perspectivas: enfermedades mentales que según la Organización Mundial de Salud (OMS) se relacionan con la depresión, diagnóstico de esquizofrenia, trastornos de personalidad, trastorno antisocial de la conducta o límite, que en su mayoría son los más habituales que se han encontrado con las personas que han cometido suicidio. 

“A veces se cree que todas las personas que se suicidan es porque tenían depresión y eso es falso, es un mito, ya con varios cuadros clínicos, vemos que no solo es la depresión, pero también hay eventos estresantes que pueden llegar a la persona a tener ideaciones de suicidas”, comentó Carolyn Adire, Psicóloga de la Unidad de Atención a Víctimas del Centro Judicial de Ciudad Delgado.

Las ideaciones suicidas pueden ser multifactoriales, según Carolyn. En el caso de Katherine una joven de 22 años de edad que desde su infancia presentaba problemas de ansiedad, sumado a esto a sus 17 años se embarazó y tuvo que enfrentar sola la maternidad, dejar sus estudios, afrontar a sus padres y la parte económica, todos estos eventos estresantes desencadenaron pensamientos suicidas “una niña cuidando a otra niña, te aterra, mejor me muero”, dijo

El año 2018 el MINSAL reportó 90 suicidios por parte de niñas embarazadas, en su mayoría relacionado a la violencia de género. Muchos de los embarazos en niñas y adolescentes tienen relación con algún tipo de violencia, como la violación agravada en la mayoría de casos.

De los casos por violación sexual que he tenido, todos han tenido ideas suicidas, chicas y chicos. Pero, no todas han intentado suicidarse porque se previene”, comentó, Carolyn. 

Aparte de esto a sus 19 años, se comenzaron a desarrollar síntomas de trastorno de ansiedad y de personalidad. Todo le daba miedo, no convivía, no comía y la única salida que encontraba era quitarse la vida para poder sentir paz. 

“Te ves al espejo y no te conoces, caminas dos cuadras y tenés ataques de pánico y sentís que te van a matar o te vas a morir, ves en la televisión sangre y sentís que ya te vas a sangrar, pude decir que lo más cercano a la paz era la muerte porque yo ya no tenía vida, ya no tenía paz, las medicinas no me hacían nada, ya no había algo que me controlara, no había nada en las noches escuchaba las voces de todo el día en la noche ya no tenía descanso”, expresó con los ojos llorosos. 

El MINSAL ha brindado atención a más de 4,000 niños y adultos con conductas suicidas, durante el periodo del 2015 al 2018. Por lo que representa una alta demanda comparado al número de profesionales capacitados para brindar temas de salud mental, según una publicación de LA PRENSA GRÁFICA del 16 de mayo del año pasado, titulada "66 profesionales para la salud mental del país", evidenció que a cada uno de esos 66 profesionales le correspondía atender a un promedio de 1,532 salvadoreños al año.

No se le debe restar importancia a un tema como el suicidio, de los diferentes mitos que lo rodean como: hablar del suicidio puede incentivar que una persona lo efectué, cuando una víctima exprese ideas sobre querer quitarse la vida y que no se le tome importancia por parte de amigos, familiares e incluso profesionales, por el simple hecho de pensar que esa persona quiere llamar la atención. Según estudios de la Unidad de Atención a Víctimas que atiende la psicóloga Adire, han comprobado que 9 de cada 10 personas que se han suicidado, han expresado con anterioridad que se van a suicidar. 

Otra circunstancia no muy conocida en nuestro país por el cual una mujer puede llegar a suicidarse, tiene que ver con un ciclo de violencia que pueda estar viviendo. Este factor se tipifica en el Código penal y en la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujer (LEIV).

Suicidio Feminicida por Inducción o ayuda 

La inducción o ayuda al suicidio está establecido en el Código Penal en su Art. 131.-  que establece lo siguiente: el que indujere a otro al suicidio o le prestare ayuda para cometerlo, si ocurriere la muerte, será sancionado con prisión de dos a cinco años. 

Dentro de la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujer (LEIV):  en su Art. 48 se establece la tipificación del Suicidio Feminicida por Inducción o Ayuda.

Que establece lo siguiente: quien indujere a una mujer al suicidio o le prestare ayuda para cometerlo, valiéndose de cualquiera de las siguientes circunstancias, será sancionado con prisión de cinco a siete años:

a) Que le preceda cualquiera de los tipos o modalidades de violencia contemplados en la presente ley ó en cualquier otra ley.

b) Que el denunciado se haya aprovechado de cualquier situación de riesgo o condición física o psíquica en que se encontrare la víctima, por haberse ejercido contra ésta, cualquiera de los tipos o modalidades de violencia contemplados en la presente o en cualquier otra ley.

c) Que el inductor se haya aprovechado de la superioridad generada por las relaciones preexistentes o existentes entre él y la víctima.

El Salvador es el único país en Latinoamérica que tipifica el suicidio feminicida como un delito, con cinco a siete años de prisión. Este artículo fue incorporado a la LEIV por la cantidad de feminicidios que se cometían por odio o menosprecio hacia la mujer en el año 2012 y años previos a este.

Según datos de la Fiscalía General de la República de El Salvador se contabilizan 17 mujeres y 9 hombres víctimas por los delitos de inducción o ayuda al suicidio (131 cp.), en el caso del suicidio feminicida por inducción o ayuda (48 LEIV) son 17 los registrados y 1 suicidio feminicida por inducción o ayuda en grado de tentativa (48 LEIV-24 cp) desde el periodo de enero 2018 hasta junio del 2019. 

La primera condena por este delito en el país se otorgó al caso de violación agravada de una niña de San Vicente, quien fue violada por su pareja muchos años mayor que ella, y que días posteriores a este evento, la niña decide quitarse la vida producto de esa violación. 

Según el relato investigado por la FGR, el 11 de marzo del 2012. En el caso de San Vicente, la chica inicia una relación con una persona mucho mayor que ella, en un contexto con un desarrollo social-cultural limitado, inician la relación, el noviazgo, el chico llega a la casa, y dice que la pretende como novia, es en una fecha de diciembre que él llega, la mamá lo recibe, hablan y dice que espera que la respete, en un contexto con personas de baja educación aunque la chica tenía 15 años, pero llega un hombre de 40, pero para ellos, lo han naturalizado tanto, que si llega a pedir permiso por ella es que si quiere algo serio. Sucede eso, ella siempre se niega a tener relaciones sexuales con él, ella le dice que no, porque no está preparada, no es lo que piensa, que ella se quiere casar, que lo quiere hacer como idealmente la sociedad se lo ha establecido. En uno de esos meses que están, él la invita a salir, un fin de semana, ella sale de su casa, se encuentra con él, le dice que van a ir a un lugar, ella va, y ahí la obliga a tener relaciones sexuales. Ella regresa y desde ese momento, tenemos pruebas testimoniales del cambio que tuvo, desde ese día ella vive llorando, la mamá la encuentra llorando en el cuarto, le pregunta qué le pasa le dice que nada, la familia dice, que ella cambió, ella pasaba triste. Tiene una prima cercana a ella y le comenta lo que está pasando “él me arruino la vida” “me obligó a tener relaciones, y yo ya no valgo nada” “yo soy basura ya”, socialmente se ha dicho que la virginidad es por lo que vale la mujer, y ahí van todos esos estereotipos que nos van implantando bajo la figura patriarcal y machista. Desde el día que sucede eso, ella siente que no vale y que no puede controlar esa situación. Llega un día en que va y reclama al muchacho y le dice, es que vos me arruinaste la vida, yo no valgo nada, yo misma me doy asco. Ella misma expresa que se da asco y eso o tenemos porque tenemos una extracción que hicimos del teléfono, se encontró toda esa información, aparte de que ella tenía un diario donde iba anotando todo lo que pasaba y se encontró y de hecho le dejo un documento a la mamá donde le pedía perdón, porque se va a quitar la vida y le cuenta que ella ya es una basura y que su valor ya lo perdió. Le deja un mensaje a la mamá donde le pide perdón y de hecho es desde ahí donde inicia la investigación. El día que se suicida, están en un lugar, y ella le dice que va a ir a la casa, le dicen que no vaya, ella dice voy a ir yo, ya regreso. Se va a la casa y es ahí donde toma las pastillas y se quita la vida. Cuando su mamá llega, con su hijo pequeño, ya es demasiado tarde, con síntomas de envenenamiento, consiguen un vehículo, la llevan a un hospital, pero ya era irremediable lo que había sucedido. 

Este caso comienza por violación agravada, pero en el proceso de la investigación, la mamá de la víctima lleva el celular como prueba, y así mismo recibe asistencia psicológica por la Unidad de Atención a Víctimas de la Fiscalía, se recopila más información, y una testigo, prima de la niña cuenta lo que le decía y de las ideas que tenía de querer quitarse la vida. Además, Fiscalía encuentra un cuaderno como evidencia, donde la niña escribía todo lo que le sucedía, estas pruebas llevaron a establecer el delito de suicidio feminicida por parte de el señor Heriberto Carlos Hernández Flores, de 40 años.

Los efectos de un ciclo de violencia en una mujer 

Dentro del artículo 48 de la LEIV, existen dos verbos rectores, inducción y ayuda. En el caso del verbo inducción se puede incluir la violencia intrafamiliar, donde se pueden desarrollar los 7 tipos de violencia, como por ejemplo la violencia sexual, patrimonial, simbólica, económica y psicológica, esto por parte del agresor a su víctima. 

Cuando una mujer es violentada dentro de su círculo familiar, social o laboral, se pueden desarrollar efectos de ese ciclo de violencia que está viviendo, alguno de estos efectos como: autoestima totalmente devastada, desarrollan síndromes de dependencia emocional, síndrome de indefensión adquirida, síndrome de mujer maltratada, síndrome de estocolmo y síndrome de bonsai, estos 4 síndromes son característicos, si se hace uso de la violencia hacia una mujer.

En el caso del síndrome de bonsai, el agresor busca reducir las oportunidades de desarrollo de la víctima en áreas laborales, académicas o personales, a modo de reducir la personalidad de la víctima. 

Así mismo teniendo un grado de similitud, los síndromes de indefensión adquirida y de mujer maltratada, que desarrolla un estado de aceptación y de justificación de la violencia recibida por parte de su agresor.

“La víctima busca complacer al agresor y a veces cuando dicen, estaría mejor sin vos, es donde ven que no estando, harían feliz al agresor, justifica la violencia”, comentó Ana Graciela Sagastume, Jefa de Unidad Especializada de Atención a Mujeres, como fiscal especial contra feminicidios.

El otro verbo es “ayuda”, es que la persona le solicite ayuda para cometer o quitarse la vida. 

“El de ayuda se maneja sin incluirlo en las esfera o violencia de género, se utiliza mucho para lo que nosotros conocemos como eutanasia. Es cuando una persona tiene una enfermedad terminal y ya no quiere sufrir, entonces lo que un familiar o una persona hacen es adelantarle la muerte, en países europeos se permite la eutanasia, es legal. En nuestro país, en nuestro art. 132 tenemos el penal base que es el suicidio por inducción o ayuda”, aclaró Ana Graciela Sagastume, Jefa de Unidad Especializada de Atención a Mujeres, como fiscal especial contra feminicidios.

La sociedad puede llegar a tener una gran influencia en este fenómeno del suicidio. Los estereotipos que se manejan en todos los niveles, tanto mujeres como hombres. En el caso de los hombres, las situaciones se dan en su mayoría por situaciones económicas. La Fiscal Sagastume, opina que la sociedad impone roles, donde se plantea que el rol de un hombre es ser el proveedor, al no poder cumplirlo, es donde quedan mal ante la sociedad, por no cumplir su deber.

Otro de los rangos del suicidio, tiene que ver con la parte de las adicciones, tanto a drogas o alcohol. Personas que presentan cuadros clínicos de adicción o la enfermedad de alcoholismo son propensas a cometer un suicidio. Pero el punto medular al momento de hablar de suicidios está en las emociones, el estado emocional y la manera en que las personas pueden controlarlo o no, puede conllevar a estados de consideración de un suicidio. 

La adolescencia y los jóvenes, en peligro

Este año la cantidad de adolescentes y jóvenes que han intentado suicidarse ha aumentado drásticamente. Al comparar el año 2018 la mayor cantidad de intentos se encontraba en los 21 años con 39 casos, sin embargo, este año 2019 de enero a octubre se contabilizan 36 intentos de suicidio en la edad de 16 años. En los datos se evidencia que la edad para intentar quitarse la vida ha disminuido, lo que está poniendo en riesgo a la niñez y adolescencia de nuestro país, por lo que es necesario las acciones de las instituciones para poder tratar el fenómeno. 

Según cifras del MINSAL, entre enero a octubre del año 2019, Ahuachapán contabiliza 24 suicidios, seguido del departamento de Santa Ana con 17, y 16 en San Miguel. En estos casos la Procuradora Adjunta para la Niñez y Adolescencia Rosa Elena Ramos, comenta que la mayoría de suicidios son de hombres suelen ser por ahorcamiento y las mujeres por ingesta de pastillas. 

La procuraduría ante estos temas, trabaja con unidades juveniles para promover los derechos humanos, que están integrados en el organigrama de la institución, siendo jóvenes voluntarios quienes apoyan el trabajo de la promoción en diferentes temáticas y una de ellas es a través de ellos mismos, como entre pares, conocer aquellas situaciones, o problemas que les aquejan a la juventud, de su territorio. 

Para la Procuradora, aún se está en deuda con la niñez y adolescencia del país, debido a que en el presupuesto general de la República, no existe un presupuesto destinado a niñez y adolescencia. Pese a contar con instituciones como el Consejo Nacional de la Niñez y de la Adolescencia (CONNA) y la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador, la mayor parte de los presupuestos asignados a estas instituciones son absorbidos por recursos humanos, y no se cuenta con muchos programas en beneficio de la niñez y adolescencia de este país.

“Conocemos como muchos niños son violentados, y es donde salen estos casos de intentos de suicidios, y es donde nos damos cuenta que el estado no está capacitado para atender de manera integral, donde puedan intervenir profesionales, para minimizar esos intentos o pensamientos suicidas y que lo puede tratar un psiquiatra”, comentó Rosa Elena Ramos, Procuradora Adjunta para la Niñez y Adolescencia.  

Riesgo Cruzado