MEDIATIZACIÓN O ACOSO QUE SUFREN LAS PERIODISTAS
Por Milena Arce
Los cuerpos de las mujeres en El Salvador siguen siendo territorios en disputa porque nadie les brinda seguridad de ningún tipo. La violencia deja marcas sobre los cuerpos de las mujeres. Desde una mirada impúdica y el piropo insolente en las calles, hasta el sentimiento de indefensión sexual. Los cuerpos de las mujeres se convierten en cuerpos desechables, prescindibles del imaginario social, disponibles para los hombres.
Emely Astrid Castro Sandoval de 21 años, fue una de las víctimas del mes de enero de 2019 en El Salvador. Fue lesionada cerca de la parada de buses en la Colonia Prados de Venecia 3, del municipio de Soyapango, en el departamento de San Salvador. Según la información de redes sociales fue llevada al Hospital Rosales por las heridas graves que presentaba en su cabeza y espalda.
El SIAVG preguntó sobre este caso al Ministerio de Salud quienes confirmaron que la joven falleció el 21 de enero de 2019 en el Hospital Rosales. Sin embargo, no brindarón más detalles sobre la víctima, amparandose en el reglamento de confidencialidad de esta institución.
La madre de la fallecida publico en sus redes sociales: “Se que muchas amistades de mi hija están preguntando lo que ha pasado… Y con todo el dolor de mi alma les informo que mi princesa Emily falleció el día de ayer.”
Emely quien era estudiante de periodismo, se graduaría de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC) en el mes de abril. Hasta la fecha la universidad no se ha pronunciado sobre el hecho. El director de la Palabra Universitaria periódico estudiantil de la universidad confirmo al SIAVG que era estudiante del Técnico en Relaciones Públicas.
Según fuentes oficiales alrededor de las 6:30 pm a 7:00 pm Emely y su compañero de vida quien era presunto integrante de la pandilla Mao Mao, iban caminando cuando pandilleros a bordo de una motocicleta con ropa oscura se les acercaron abriendo fuego contra ellos. Personas cercanas a la investigación comentaron que una de las líneas de investigación es que anteriormente la víctima había tenido dos relaciones sentimentales con jóvenes pertenecientes a grupos de pandillas denominadas “MS” y “18”.
El SIAVG ha denominado la transgresión de la rivalidad, al control de poder dentro de estas estructuras. Ha convertido a la mujer en un objeto a poseer o destruir. En donde se invade el cuerpo de la mujer como una invasión al territotio. Según La Fiscalia General de la República contabliza desde enero a noviembre del 2018, 507 casos de acoso sexual.
Desde el SIAVG, a través de muchos años de estudios e indagación de las diversas aristas de la violencia contra la mujer, podemos asegurar que la diversidad de intereses, conflictos, y hallazgos de investigadores sean estos académicos, feministas, periodistas, han ofrecido una serie de matices y estilos, pero el punto donde todas y todos coinciden es el ejerció de la libertad y la falta de una educación más el uso de la mujer en los medios.
Uno de los grandes retos que hoy tiene los medios de comunicación es la falta de educación en el uso de la imagen; estamos acostumbrándonos a que cada vez más la imagen prevalezca por encima de la palabra. Sin embargo, descuidamos que su capacidad de influencia es mucho mayor, que otros lenguajes y no estamos percibiendo. A el SIAVG le preocupa la representatividad de la mujer periodista, en el que prima la apariencia física y no su capacidad profesional produciendo un modelo estereotipado que ha llevado a que muchas periodistas tengan un acoso permanente a través de sus redes sociales, en la calle que lo hemos normalizado. Sin embargo, va creando sobre ellas, el objeto deseo en el cuál podría ser el caso Emely Castro.
Según la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV)
La Directora Yanira Argueta mencionó y evidencio que las mujeres periodistas se ven expuestas a un doble riesgo a consecuencia de prácticas antidemocráticas y sexistas. Estas dimensiones, no sólo impiden que puedan ejercer el periodismo, sino que la sociedad en su conjunto tampoco puede recibir la información que las mujeres producen.
“Las periodistas a menudo corren el peligro de sufrir una agresión sexual, con frecuencia en represalia por su trabajo; violencia sexual colectiva dirigida contra periodistas que informan sobre acontecimientos públicos; o el abuso sexual de periodistas en sus mismas salas de redacción delitos, que no se denuncian a causa de los profundos estigmas profesionales y culturales asociados a ellos” dijo.
El SIAVG con el tema de los números tienen rostro destaca a todas las mujeres asesinadas por las diferentes aristas de violencia que se presentan como: la transgresión por la rivalidad, por ser familiar de personas que laboran en el sector justicia, violencia intrafamiliar y un seguimiento al fenómeno a las mujeres que ejercen labores de comunicación. La cual termina con la violencia femenicida.
Emely se suma a la larga lista de mujeres que están perdiendo su derecho a la vida en el país; ella es cuarta mujer vinculada a las comunicaciones que el SIAVG tiene registrada.
Si quieres conocer más sobre estos hechos de violencia visita nuestra timeline “El asesinato de mujeres periodistas visita el timeline.